Actualizado: 16 sept 2020
Instagram es una red social muy popular entre adolescentes en la que principalmente se comparten fotos y videos.
En esta red social podemos publicar fotos y videos, subir historias (publicaciones que duran solamente 24 horas) seguir a otras personas para ver lo que publican, comentar historias y publicaciones, darles likes a los contenidos que queramos, publicar videos largos a través de Instagram TV, publicar videos de hasta 15 segundos llamados Reels, mandar mensajes directos a otros usuarios, emitir en directo, buscar contenidos por palabras claves…
Contenidos
Las publicaciones e historias que se suben a Instagram tienen diferentes tipos de contenidos como bailes, relatos, humor, gastronomía, deporte, contenidos didacticos, moda… En principio Instagram no permite contenidos pornográficos en su plataforma y censura todo lo que su algoritmo detecta, pero los usuarios se las ingenian para crear contenidos que no sean explicitamente pornográficos aunque sí sugerentes y rocen el límite.
Hay muchos retos o tendencias que están completamente sexualizados: Retos para que se noten penes erectos dentro de pantalones, retos con bailes muy sensuales o sexuales, bailes con la ropa mojada y sin ropa interior para que se marquen los pechos de las chicas y los penes de los chicos…
Es imposible controlar el tipo de cotenido que se manda por mensajes directos. En Instagram se puede enviar texto, imágenes, videos y enlaces a páginas web través de mensajes directos o MD. Los mensajes no pasan un control de contenidos de su algoritmo. El intercanbio de pornografía a través de los mensajes directos en redes sociales como Instagram o WhatsApp es muy habitual. Da lo mismo la edad que tengan los usuarios.
Muchos usuarios y marcas utilizan Instagram para hacer publicidad y dirigir a todos los usuarios que quieran a otras redes sociales suyas, a su merchandising, a sus páginas porno (en el caso de actores y actrices porno)… y también a su página de OnlyFans o F3. Eso se hace añadiendo en el perfil un enlace que lleva a diferentes aplicaciones donde se nos muestra un listado de sitios a los que podemos ir.
OnlyFans es una plataforma en la que nos podemos suscribir a una cuenta concreta pagando una cantidad de dinero de forma semanal, mensual o anual a cambio de ver sus contenidos exclusivos. Aunque en un principio era un servicio utilizado por entrenadores personales y personas que creaban contenidos educativos de todo tipo o personas que ofrecían un acceso exclusivo a fans, desde hace unos años está siendo usada por diferentes personas para ganar dinero con sus contenidos pornográficos.
F3 es una red social conectada con Instagram que permite a los usuarios enviar mensajes anónimos a otras personas. Las personas que reciben los mensajes anónimos tienen que tener F3 y tienen que querer recibir ese tipo de mensajes. Al pensar que son completamente anónimos, estos mensajes muchas veces se traducen en propuestas sexuales, insultos y amenazas, en exigencias de contar detalles íntimos de sus vidas, exigencias por hacer lo que se les pide (mostrar su habitación, hacerse un selfie, mostrar su casa, su ropa interior…).
En cuanto a los contenidos violentos, instagram muestra un aviso a los usuarios antes de mostrarlos pero no los censura. El alcohol y las apuestas deportivas no pasan ningún tipo de control ni censura y las drogas, las autolesiones y los contenidos de ese tipo están más controlados.
Los retos y tendencias pueden contener acciones de todo tipo. Desde bailes normales y acciones divertidas hasta tendencias peligrosas, de mal gusto o violentas. Es importante enseñar a ser críticos con lo que vemos.
Desinformación:
Más del 60% de internet es mentira. Eso incluye más del 60% de las publicaciones que vemos, de los videos que vemos en Youtube, de los mensajes que recibimos por WhatsApp, de las webs que leemos…
La desinformación abarca todos los niveles de la vida: la política, la economía, la sexualidad, la salud, el deporte… por eso es muy importante elegir bien a qué personas seguimos y ser muy críticos con lo que leemos. Muchos influencers y youtubers son conocidos por algunas cosas (cosas de moda, comida, estilo de vida, videojuegos…) pero cuando pasa un tiempo comienzan a hablar de cosas diferentes de las que no tienen conocimiento y sin darse cuenta desinforman a sus seguidores.
Por eso es muy importante hablar de todo con los adolescentes y ofrecerles fuentes fiables de información de todas las temáticas, porque lo que no les contemos lo verán en Internet, y hay mucha desinformación que hasta pone en riesgo nuestra salud. Verán desinformación sobre dietas y adelgazamiento (mucha de esa desinformación está promovida por personas con desordenes alimenticios que promocionan la anorexia y la bulimia como estilo de vida), sobre cómo tener las primeras relaciones sexuales y el sexo en general, desinformación y consejos absurdos sobre relaciones amorosas que fomentan las relaciones tóxicas, desinformación sobre apuestas y juego online, sobre ciberseguridad, drogas, conspiraciones de todo tipo…
Delitos
Hay diferentes tipos de delitos que se dan en las redes sociales, también en Instagram. Algunos se cometen contra otros usuarios por parte de desconocidos y otras veces los cometen personas conocidas.
No hay forma de saber con quién estamos hablando en una red social si no le hemos visto previamente en la vida física. Y aunque le conozcamos, no tenemos la certeza de que esa persona sea la que esté utilizando la cuenta en un momento concreto. Esto es algo que a muy poca gente le entra en la cabeza. Muchas personas se crean cuentas falsas con información, fotos, videos o historias de otras personas, o hacen directos con filtros faciales que pueden confundir su identidad.
Grooming: Es el acercamiento de carácter sexual de adultos hacia menores con el fin de ejercer un control emocional y preparar el terreno para realizar abusos sexuales. Puede ser con un inicio de conversación normal, a través de mensajes directos o comentarios en las publicaciones o historias, que deriva en el envío y petición material sexual. También pueden animarles a hacer videoconferencias de carácter sexual, muestran a los y las más jóvenes cómo masturbarse y les piden que les vayan enseñando mientras les van indicando. Aunque la inmensa mayoría son hombres también hay mujeres.
A veces, si viven relativamente cerca pueden intentar quedar con ellos en la calle con el objetivo de tener relaciones sexuales. En estos casos, los depredadores sexuales se pueden hacer pasar por un familiar de la persona que la que el/la menor interactúa para ganar su confianza: “Yo no tengo edad para conducir, pero irá a buscarte mi hermano”.
También es habitual mandar enlaces de páginas porno o videos concretos de páginas porno con la intención de generar un ambiente y conversaciones sexuales que deriven en la creación y envío de material sexual.
Sextorsión: Es la acción de extorsionar a alguien diciéndole que si no quiere que muestre a todo el mundo en las redes sociales el material íntimo suyo que tiene (fotos o videos que la víctima ha mandado, o videollamadas que el/la delincuente ha grabado), la víctima tiene que hacer algo ha cambio como darle dinero, mandarle más material pornográfico, quedar para tener sexo, hacerle los deberes…
La sextorsión es mucho más habitual de lo que podamos pensar, el problema es que pocas personas dicen que les ha pasado por vergüenza. Muchas veces la sextorsión se da entre gente conocida, a veces son incluso de la misma clase en el caso de los adolescentes.
No se recomienda nunca hacer lo que los delincuentes piden, si alguna vez la sufrimos debemos poner una denuncia en la policía de forma inmediata o si el delincuente es menor y del mismo centro educativo de la víctima, antes de poner la denuncia hablar con el centro educativo.
Suplantación de identidad: Internet nos da la posibilidad de convertirnos en otras personas. Muchas veces esos desconocidos que se ponen en contacto con nosotros, son personas conocidas que se han creado cuentas falsas o se hacen pasar por otras personas con fotos y nombres reales de otras personas.
El objetivo puede ser enviar y solicitar material sexual, espiar a la persona, recopilar información, sentirse diferente y crearse otro personaje… hay muchas razones por las que alguien suplanta a otra persona y actúa como alguien diferente en Internet.
No es raro encontrar imágenes de usuarios normales de Instagram (chicos sin camiseta, chicas en poses sugerentes…) como reclamo de páginas web pornográficas. Sin que nos demos cuenta y sin nuestro permiso nuestra imágenes podrían estar en la portada de una categoría de una página porno.
También es habitual recopilar imágenes de usuarios en Instagram para usarlas en diferentes estafas. Nuestras fotos se usan como si fuésemos personas que hemos probado productos o servicios fraudulentos y estuviéramos comentando lo maravillosos que son o lo bien que funcionan.
Es muy importante establecer los ajustes de privacidad para que solamente personas de nuestra confianza puedan acceder a las fotos y videos que publicamos o ponemos en perfiles e historias, porque si no cualquiera las podría utilizar para crear otra cuenta haciéndose pasar por nosotros o para realizar diferentes acciones.
Estafas y malware
Las redes sociales son un nido de estafas. Ciberdelincuentes crean cuentas de marcas y empresas falsas, o intentan suplantar a marcas y empresas reales, para vender productos que nunca llegan o no funcionan, publicitar aplicaciones que cuestan dinero y no hacen nada, dirigir a los usuarios a páginas fraudulentas donde podemos infectar nuestros dispositivos con malware o virus (páginas falsas de contactos, páginas pornográficas, tiendas falsas, medios de comunicación falsos que anuncian estafas…).
Es habitual crear promociones falsas de productos, concursos, sorteos, ventas falsas de productos muy baratos (mercadona regala un cupón de 150€, Mediamarket sortea 5 iPhones, sorte de un crucero…) para recopilar información y dirigir a las víctimas a webs falsas.
Muchas veces las cuentas falsas pero no son de marcas o empresas, sino cuentas falsas de personas particulares que promocionan productos o comentan en publicaciones.
Acoso digital y toxicidad
El acoso digital está a la orden del día en las redes sociales. Se está detectando que cuanto más jóvenes son los usuarios más se da este tipo de acción que es un delito. Para que las agresiones digitales (insultos, amenazas, humillaciones, rumores para dañar la reputación de la víctima…) se consideren acoso deben cumplir tres características. La primera es que las agresiones tienen que estar sostenidas en el tiempo, que sean repetitivas, que no sean cosa de una vez. La segunda es que haya la intención de hacer daño. Y la tercera es que haya algún desequilibro de poder de forma que la persona acosadora tenga más poder físico, social, psicológico…
Dicho esto, la violencia digital y esas acciones que se realizan para ejercerla (amenazas, humillaciones…) son delito y están tipificadas en el código penal, da lo mismo quién las realice.
Es muy importante educar a los niños y adolescentes en la empatía y en el uso consciente de las redes sociales para que no realicen este tipo de actividades, porque es muy sencillo comenzar y muy difícil darte cuenta de lo que estás haciendo con ciertas edades.
También es importante realizar correctamente los ajustes de privacidad, que no se limitan a poner la cuenta privada, aprender a denunciar comentarios, publicaciones y usuarios y a bloquear a usuarios. Se puede hacer en todas las redes sociales.
Otra característica de las redes sociales, también Instagram, es la toxicidad, el ambiente de comentarios negativos que llenan las redes sociales. Es algo tan habitual que muchos adolescentes la incorporar a su forma de ser después de estar viendo constantemente comentarios de este tipo.
Desgraciadamente también es habitual que niñas, jóvenes y mujeres adultas reciban fotos y videos de adolescentes y hombres masturbándose cuando están emitiendo en directo. Ese es otro tipo de acoso o toxicidad.
El control en la pareja es otra cosa que se está detectando en las redes sociales, sobre todo entre parejas adolescentes. Es habitual eso de “si me quieres dame la contraseña del Insta” o “si no tienes nada que ocultar dame la contraseña del Insta”. Las contraseñas son personales y no se recomienda realizar ese tipo de acciones. El control que viene después es horroroso: “¿Por qué le comentas a X?”, “Deja de escribir a X”, “¿Por qué le has dado me gusta a la foto de X?”, “¿Quién es esa persona que te habla?”… El control no tiene nada que ver con el amor, es otra forma de violencia.
Otro tipo de delitos son aquellos que la mayoría de usuarios realiza sin ser conscientes de que están cometiendo delitos: Publicar imágenes donde aparezcan otras personas sin su permiso, amenazar o insultar a alguien, desear la muerte de alguien o dar información privada de otras personas.
Adicción y salud mental
Las redes sociales como Instagram incorporan funciones para que los usuarios estemos pegados la mayor cantidad de tiempo posible. Han descubierto que para conseguirlo es más fácil volvernos adictos a lo que los demás piensan sobre nosotros. Esto lo consiguieron a través de los botones de likes, los comentarios, los seguidores y lo perpetúan con nuevas funciones que van incorporando. Ahora nos encontramos con millones de adolescentes con una adicción real a las redes sociales y que pasa mucho tiempo pegados a las pantallas. La recomendación de la Asociación de Pediatría Española para menores hasta 18 años, es pasar como máximo dos horas al día en total delante de pantallas incluyendo televisión, redes sociales, videos online, juegos online…
El número de chicas adolescentes en Estados Unidos que son admitidas en hospitales porque se cortan o se hacen daño así mismas se mantuvo estable entre 2010 y 2011, y desde entonces ha aumentado en un 62 % en adolescentes más mayores, y en un 189 % en preadolescentes.
Podemos encontrar un patrón parecido con el número de suicidios. El número de de chicas adolescentes mayores que suicidan ha aumentado un 70% desde la primera década del siglo. En el caso de las chicas preadolescente es que tenían un porcentaje bastante pequeño, ese porcentaje ha subido en un 151%. Este aumento está directamente relacionado con el uso de las redes sociales que empezó a ser masivo en 2008.
Encontramos una relación causal entre el uso de la redes sociales y el aumento de problemas mentales entre adolescentes.
Recomendaciones
Es muy importante que los niños y adolescentes tengan cuidado con lo que publican. Muchas veces se graban en casa mostrando sin darse cuenta cómo es la casa, si hay cámaras de seguridad, cómo son las cerraduras, si hay cosas de valor, se ven las vistas desde la casa y se puede investigar dónde viven o se da información que hay escrita en notas en la nevera o en corchos en las paredes como números de teléfono, direcciones, contraseña del wifi y demás información privada. Tampoco se recomienda publicar nada que pueda usarse en nuestra contra ahora o en el futuro, ni se deben publicar cosas para dañar a otras personas o imágenes de otras personas sin su permiso, es un delito. Antes de publicar algo, debemos dedicar 5 segundos a mirar si vamos a publicar más información de la debida.
Se recomienda realizar los ajustes de privacidad pertinentes y activar la verificación en dos pasos para proteger la cuenta.
No hay forma de saber con quién estamos hablando en Internet, si alguna vez queremos conocer a alguien de Internet en la vida real, siempre debemos quedar en un sitio público, de día y nunca debemos ir solos. Los menores de trece años siempre deben ir con una persona adulta, y si son mayores también pueden ir con sus amigos, que pueden estar cerca por si aparece alguien inesperado o hay algún problema.
Debemos enseñarles a ser críticos con lo que ven y a no replicar cosas que pueden ser peligrosas. Hay muchas tendencias en todas las redes sociales, algunas son divertidas y no llevan riesgos, pero otras pueden ser peligrosas o muy absurdas. Hay mucha gente que se ha hecho mucho daños intentando realizar retos en Tik Tok u otras redes sociales.