Reglas y límites
Actualizado: 13 sept 2020
Básicamente hay dos tipos de reglas o límites con los que tenemos que ser muy estrictos: El tiempo de uso y el tipo de contenidos o aplicaciones que se pueden ver con cada edad. El tiempo de uso de las pantallas es una de las luchas que todas familias tienen.
Cuánto tiempo
La asociación española de pediatría recomienda que los niños mayores de seis años, hasta los 18, tengan un máximo de dos horas de pantallas diarias. Este horario incluye el tiempo de ocio, el tiempo de tele, de redes sociales…
Es algo que muchas familias ven imposible debido al incremento del uso de las pantallas provocado por el confinamiento de marzo de 2020, aunque antes de eso también muchos niños y adolescentes se pasaban por mucho de ese tiempo. Teniendo esto en mente cada familia puede optar por dejar el tiempo que vea oportuno, el que sea, lo importante es cumplir lo que se va diciendo.
No se recomienda qué los niños menores de dos años pasen tiempo delante de las pantallas. Hay diferentes estudios, entre ellos uno de la Asociación de Pediatría de Estados Unidos, que ya han demostrado que los niños menores de dos años que tiene exposición a pantallas de una forma periódica sufren un daño físico en una pequeña parte del cerebro, que no puede desarrollarse como debería. Por lo tanto evitaremos que los menores de dos años usen pantallas.
Según van creciendo se les puede ir aumentando el tiempo de uso de pantallas y podemos apoyarnos en los controles parentales para asegurarnos de que se estén cumpliendo esos tiempos.
Qué está permitido
Otra de las cosas con las que tenemos que ser estrictos es con el tipo de contenidos y aplicaciones que se pueden ver con cada edad.
Tanto redes sociales, juegos online u otro tipo de aplicaciones tienen edades recomendadas de uso que se recomienda seguir.
Por ejemplo la aplicación YouTube está recomendada para mayores de 14 años. Para niños más pequeños se debería utilizar la aplicación YouTube Kids.
Podemos apoyarnos en las aplicaciones de control parental para poder restringir lo que los niños pueden ver o a qué aplicaciones pueden acceder en cada momento.
Dónde está permitido
También podemos negociar el lugar de uso de las pantallas. Cuando son pequeños, se recomienda que los niños utilicen lugares comunes de la casa para acceder a los juegos, a las tablets, ordenadores… Si están en un lugar común de la casa y ven algo que les hace sentir incómodos nos vamos a enterar. Pero si están en su cuarto con la puerta cerrada no vamos a poder ver cuando algo ocurre, ni podremos ir a ayudarle, mejorar los controles parentales para que no le vuelva a parecer eso o ver qué está pasando.
No se recomienda permitir el uso de tablets o smartphones durante las comidas, ni dormir con esos dispositivos en el cuarto.
También puede ser buena idea que la tablet o el ordenador no sea del niño o de la niña, qué sea de toda la familia. De esa forma podremos controlar mejor los tiempos, podremos utilizarlo también nosotros y así nos familiarizarnos con esos dispositivos, y podremos controlar si hay algo que se nos está escapando o si hay algo que tengamos que mejorar dentro del dispositivo.
Contratos
A la hora de regalarles el primer teléfono o la primera tableta, es buena idea realizar un contrato que ellos o ellas tendrá que firmar donde se especifiquen las condiciones de uso del dispositivo.
Podemos encontrar diferentes tipos de contratos en Internet, pero básicamente en todo en todos ellos se establece el uso que los padres y las madres quieren que los hijos e hijas hagan de esos dispositivos. Este es un pequeño ejemplo:
Utilizarás el “telefono, tablet, ordenador” (dispositivo) un máximo de tanto tiempo al día.
Siempre que te llamemos nosotros atenderás la llamada, y en el caso de que no la oigas nos devolverás la llamada lo antes posible. Puede ser lo mismo con los mensajes.
Serás amable con todo el mundo.
Hasta que tengas X años sabremos en todo momento la contraseña del dispositivo y podremos acceder cuando queramos para asegurarnos de que no hay nada que te está haciendo daño o que no eres tú quien está haciendo daño a otra persona. Esto puede ser negociable, y se puede empezar con confianza y hacerlo si inclumplen algo... hay muchas fórmulas.
A partir de tal hora se dejará de utilizar el dispositivo porque ya es hora de descansar.
Por las noches el dispositivo se quedará en x lugar (la sala, el comedor, cocina… no en su cuarto)
Si ves cualquier cosa que te hace sentir incómodo coméntanoslo para que podamos ayudarte.
No utilizarás el dispositivo para hacer daño a nadie, meterte con nadie, o hacer cosas que nosotros no aprobaríamos.
Hasta que tengas X años antes de instalar cualquier programa o juego nos consultarás si ese programa o juego es adecuado o no.
El no cumplimiento de estas pautas puede suponer que te quedes sin dispositivo durante X tiempo.
…
Al firmar el contrato y dejarlo en un lugar visible, los menores sabrán las pautas correctas de uso, y las consecuencias si se incumplen.
Cada familia puede poner los puntos que considere necesarios y redactarlos como mejor le convenga. Lo importante es aprender a negociar el uso que queremos que se hagan los dispositivos, y mantener la calma cuando los menores incumplan estos puntos, que los incumplirán.
Cuando algún menor incumpla estos puntos, esa situación puede ser aprovechada para trabajar lo que haya pasado: “que querías conseguir con esta acción, a lo mejor la siguiente vez podrías hacer esto en vez de eso, cómo te has sentido al hacer eso, cómo crees que se han sentido al recibir eso que has mandado”… El objetivo siempre tiene que ser que los menores aprendan a utilizar la tecnología de una forma más consciente.
Por eso además de las consecuencias que tengan que tener por el incumplimiento o por la gravedad de los hechos que hayan realizado, siempre tenemos que ofrecerles una herramienta o una solución a la situación que había provocado ese conflicto para que la siguiente vez puedan hacerlo mejor.