Controles parentales
Actualizado: 16 sept 2020
Los controles parentales son programas que limitan el uso que los niños y las niñas hacen de los dispositivos donde se instalan. Se pueden poner en smartphones, tablets, ordenadores, videoconsolas, televisiones inteligentes… prácticamente todo los sitios con conexión a Internet.
Funciones
La mayoría de controles parentales tienen las mismas funciones: limitar el tipo de contenido que se puede buscar en Internet, limitar el tipo de aplicaciones que se pueden instalar y utilizar, se puede establecer un tiempo máximo diario para utilizar algunas aplicaciones, se puede fijar un uso de horario para el dispositivo, recibimos informes del uso que están haciendo de ese dispositivo, podemos ver el historial de navegación de Internet, en los teléfonos se puede ver el historial de llamadas y mensajes, y podemos saber en dónde se encuentra ese dispositivo en cualquier momento.
Los controles parentales nunca nos van a permitir ver el contenido de mensajes y llamadas, ni tampoco los mensajes que se pueden enviar a través de redes sociales. Tampoco nos van a permitir bloquear la conexión de datos de un dispositivo, es decir, si en el teléfono tienen contratados cinco gigas de Internet, los controles parentales no pueden reducir esos gigas, habría que hablar con la compañía telefónica.
Las videoconsolas, televisione… también tienen controles parentales integrados que generalmente limitan el tiempo de uso y el tipo de contenidos que se pueden ver o a los que se pueden jugar.
Funcionamiento
Hay muchos programas de controles parentales y todos tienen un funcionamiento muy parecido: podemos ir a su página web o descargar la aplicación en nuestro teléfono y crearnos una cuenta de adultos. Una vez nos hayamos creado la cuenta con un correo electrónico y una contraseña, descargaremos el mismo programa en los dispositivos que queramos controlar. Algunos controles parentales tienen una versión del programa para padres-madres y otra para hijos-hijas.
Cuando vayamos al dispositivo que queremos controlar, nos preguntarán si ya tenemos cuenta de padres, si queremos crear una, o si ese dispositivo va a ser utilizado por niños. Le diremos que ese dispositivo será utilizado por niños, y seguiremos las instrucciones que nos irán indicando en la pantalla para configurarlo.
Una vez que los dispositivos de los menores están preparados para ser controlados, iremos a la página web de la aplicación, o a nuestro teléfono a la aplicación que hemos descargado donde hemos puesto la cuenta de adultos. Una vez allí ya podremos establecer los controles que queramos. Todas las aplicaciones tienen un panel de control en el que podemos controlar todas las cosas que hemos descrito unos párrafos más arriba: tiempo de uso, contenido que se puede consultar en Internet, aplicaciones permitidas…
Al restringir algunos tipos de contenidos puede ocurrir que páginas que en principio son fiables no se puedan mostrar, como páginas de estudio o de búsqueda de información de temas concretos para los centros educativos. En estos casos los controles parentales permiten establecer excepciones para mostrar esas páginas web que queremos ver y seguir manteniendo las demás restricciones.
Precio
Ninguna aplicación es gratuita. Las aplicaciones que no cuestan dinero cuestan información. Dicho esto las aplicaciones de control parental tienen un precio que varía entre los 15 y los 40€ anuales. El precio varía en función de los servicios que nos ofrece ese control parental, o del número de dispositivos en los que se puede instalar. Hay algunos que se pueden instalar hasta en cinco o 10 dispositivos.
Podemos poner como ejemplos de este tipo de aplicaciones a Qustodio, el control parental de Norton, el control parental de Kaspersky, “Tiempo de uso” de Apple y hay muchas aplicaciones más que funcionan más o menos de la misma forma.
La aplicación Family Link de Google en principio es gratuita, no cuesta dinero. Tiene las funciones básicas de límite de tiempo y contenidos, pero aunque no cueste dinero Google va a ver todo lo que se hace desde ese dispositivo y todo lo que se escribe desde ese dispositivo, con lo que cuesta mucha información privada.
Recomendaciones
Los controles parentales se recomiendan sobre todo cuando los niños son pequeños. Cuando empiezan a utilizar tablets u ordenadores, se recomienda que estén completamente controlados para poder establecer las cosas que pueden o no pueden ver y para no llevarnos sorpresas.
A medida que van utilizando esos positivos, es aconsejable acompañarles en su utilización e irles educando en un uso correcto y consciente para que poco a poco, cuando vayan creciendo no necesiten este tipo de controles y puedan manejarse de forma correcta en cualquier lugar donde se encuentren. Si somos muy estrictos y no utilizamos la educación para enseñarles, en casa tendrán todo controlado, pero cuando estén en otro lado podrán hacer lo que les dé la gana.
Según van creciendo se recomienda ir abriendo los controles parentales de forma que cuando tengan 12 o 13 años, ya secundaria, se recomienda empezar a dejarles un poco más libres y confiar en la educación que les hemos ido dando, este tipo de aplicaciones se pueden desactivar y los adolescentes siempre encuentran la forma de saltarse las restricciones. Si ya saben los motivos por los que ciertas cosas o acciones no son adecuadas no las irán buscando.
Se recomienda utilizar el entorno social que nos brindan los centros educativos para establecer vínculos con otras familias. Ir viendo qué aplicaciones funcionan mejor, e intercambiar ejemplos de acciones educativas referentes al mundo digital… Muchas familias piensan que están solas y se agobian pensando que no llegan a todo, pero no estamos solos, los centros educativos nos ofrecen una oportunidad única para compartir experiencias con otras familias y andar este camino juntos.